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domingo, 12 de mayo de 2013

Dos periodistas británicos fabrican un arma impresa en 3D y la llevan a bordo del Eurostar sin ser detenidos

La primera pistola impresa en 3D fue probada con éxito la semana pasada en un campo de tiro al sur de Austin, Texas. Poco después Cody Wilson, fundador de Defense Distributed, puso a disposición del público los archivos imprimibles en su web Defcad.org.
Ante la gran alarma creada, el Gobierno de Estados Unidos no tardó en reaccionar, solicitando a Defense Distributed la retirada inmediata de los archivos. Pero ya era demasiado tarde. En apenas 48 horas más de 100.000 personas se habían descargado los archivos y se podían encontrar diseminados por toda la red en webs como The Pirate Bay o Mega.

Entre los usuarios que se descargaron los archivos se encuentran Simon Murphy y Russell Myers, dos periodistas del diario británico The Mail que decidieron construir el arma y poner a prueba los sistemas de seguridad del tren Eurostar el viernes pasado. Y parece ser que superaron la prueba con éxito.


Simon Murphy portando el arma en un vagón de Eurostar

Murphy y Myers compraron por internet una impresora Cubex 3d por 1.700 libras. En menos de 36 horas habían impreso las 15 piezas de plástico que componen la pistola. La única parte metálica, el percutor, fue comprada en una ferretería local. Les llevó sólo unos minutos montar el arma, utilizando sencillas herramientas de bricolaje. Para burlar el sistema de seguridad desmontaron el arma en tres pedazos y los ocultaron entre su ropa. Debido a que todas las piezas son de plástico, no se activaron los detectores de metales en la estación. Tras subir al tren, los dos reporteros fueron capaces de ensamblar las piezas en apenas 30 segundos.

"Las autoridades deben estar muy preocupadas. El peligro más obvio es que si cualquiera tiene la posibilidad de imprimir un arma en una impresora 3D a partir de un archivo descargado online, entonces es bastante probable que un terrorista pueda hacer uso de esta tecnología. Lo que podría tener consecuencias devastadoras", asegura Chris Yates, analista de seguridad aérea.

Un arma de plástico que puede descomponerse en partes que son demasiado difíciles de detectar con las actuales medidas de seguridad y que cualquiera puede fabricar desde la comodidad y anonimato de su propia casa supone un gran problema para los sistemas de seguridad.

Visto en The Mail

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