El paciente es un soldado herido cuya rodilla será reconstruida con una prótesis de titanio.
Según Cobb: "la aplicación de la impresión 3D en la cirugía reconstructiva supone una liberación total para el cirujano y la apertura de un nuevo enfoque de la operación."
Los doctores Justin Cobb y Susanne Clark con dos modelos de rodilla impresos en 3D |
Cobb, junto con su socia Susanne Clark, llevan investigando el uso de la impresión 3D desde enero de 2012, cuando adquirieron una impresora 3D Objet Edén 250. El objetivo es desarrollar un proceso específico para cada paciente que permita conservar la mayor cantidad posible de tejido sano con el fin de acelerar la recuperación.
El resultado es un nuevo proceso quirúrgico que permite crear una prótesis a medida mediante modelado e impresión 3D, facilitando el encaje perfecto de la prótesis en el cuerpo del paciente.
Además, el escaneado 3D de la articulación del paciente permite crear un modelo exacto de la rodilla del paciente, lo que permite al cirujano explorar detenidamente la zona a operar y planificar mejor la operación. Lo cual repercute en tiempos de operación mucho más cortos, por lo que se necesita menos esterilización que con los procesos tradicionales. Como beneficio adicional, este nuevo proceso también supone un ahorro en costes.
Tradicionalmente, la operación requeriría el uso de sierras de mano y cortadores para ajustar la prótesis al cuerpo del paciente. Además, la personalización del implante no era una opción posible. Todo esto pone de relieve los enormes beneficios del nuevo proceso.
Según el profesor Cobb "Este nuevo enfoque de la cirugía reconstructiva debe ser capaz de restablecer la calidad de vida del paciente".
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