En diciembre de 2011, cirujanos belgas lograron su primer trasplante completo de cara con la ayuda de la tecnología de impresión 3D. Fue necesario un equipo de aproximadamente 65 personas del Hospital Universitario de Gante y casi tres años de preparación de la cirugía. Esto da una idea de la complejidad de la operación.
El procedimiento implicaba el trasplante de hueso, piel y tejido
muscular. El largo periodo de preparación fue necesario debido a la
extrema complejidad de la operación y a que el equipo debía estar listo
para operar en el momento en que encontrasen un donante adecuado.
Con el fin de prepararse para la cirugía, el equipo belga, dirigido
por el profesor Pillip Blondeel, comenzó realizando una tomografía del
paciente que enviaron a los ingenieros clínicos de la compañía de
impresión 3D Materialise, quienes utilizaron la tomografía para crear
una representación digital en 3D de la anatomía del paciente en Synthes ProPlan CMF.
También escanearon un cráneo similar al del paciente antes de producirse
el daño.
Los modelos digitales se enviaron a una impresora 3D
para crear réplicas anatómicas exactas que contribuyeron de forma
decisiva al éxito de la operación, ya que sirvieron de referencia al
equipo de trasplante y les permitió tener una idea clara y precisa del
procedimiento antes de entrar en la sala de operaciones.
El
paciente, cuyo nombre no se ha facilitado, había sido ya objeto de
varios intentos fallidos de reconstrucción facial y finalmente se
decidió que un trasplante de cara completo era la única opción que le
quedaba. Y parece que ha sido todo un éxito.
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