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sábado, 10 de agosto de 2013

Una impresora 3D doméstica podría ahorrar al consumidor hasta 1500€ anuales

Según un estudio de la Universidad Tecnológica de Michigan, una impresora 3D doméstica podría ahorrar un promedio de hasta 2.000 dólares (1.500 euros) anuales en compras de herramientas, utensilios, repuestos y otros objetos que se pueden fabricar con una impresora 3D.

Joshua Pearce, director del equipo de investigación. - Foto: Justin Plichta
 
Los resultados muestran que incluso partiendo de unas estimaciones extremadamente conservadoras (impresión de 20 objetos al año) el ahorro en costes podría suponer entre 300 y 2000 dólares anuales.
No obstante, los aspectos verdaderamente importantes de la impresión 3D tienen poco que ver con el ahorro en costes.

Los autores señalan en sus conclusiones algunas de las posibles implicaciones de la impresión 3D:
  1. El rápido crecimiento esperado de la fabricación distribuida al abrigo de la impresión 3D de código abierto.
  2. La adopción de nuevos hábitos de consumo y cambios en el ciclo de vida de los productos.
  3. El crecimiento a gran escala de las industrias artesanales locales.
  4. Revitalización de la educación práctica basada en la ingeniería.
Algunos de los 20 objetos imrpesos por el equipo de investigación. - Foto: Justin Plichta.

Concluyen que impresoras 3D baratas y de código abierto como la RepRap y similares, van a cambiar los modos de fabricación, permitiendo a usuarios aficionados enseñar y difundir sus conocimientos en comunidades online o en su entorno más cercano.

Foto: Justin Plichta.

Pronto tendremos impresoras 3D en cada casa. Y aunque el ahorro que pueda suponer fabricar determinados objetos con estas impresoras en lugar de comprarlos en un bazar chino aún es discutible, eso es lo de menos. Lo verdaderamente importante es que, a largo plazo, va cambiar nuestra relación con la producción y la forma en que consumimos determinados productos.

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